DESPATRIARCALIACION
INTRODUCCION
En
el proceso de cambio que vive Bolivia, conjuntamente con las luchas de las
organizaciones sociales, de mujeres y el conjunto de los excluidos, por la
distribución equitativa y justa del producto social y la plena vigencia de los
derechos de mujeres y hombres, la esperanza de Vivir Bien se ha convertido en
una bandera política y horizonte de las transformaciones que soñamos.
Esta
esperanza nos interpela a contribuir en la redefinición de los modelos de
distribución y redistribución de la riqueza y los ingresos, cambiando los
patrones de discriminación por condición de raza, género y clase, presentes en
ellos y que han generado y reforzado la desigualdad, exclusión, discriminación,
explotación y subordinación de las mujeres de las grandes mayorías nacionales.
DESARROLLO
Uno
de los mayores desafíos en el proceso de cambio es el diseño del nuevo Estado y
sociedad en el marco de la Constitución Política del Estado, CPE. En la CPE y
la Ley Marco de Autonomías, se ha constitucional que dan cuenta de la voluntad
política de avanzar en el ejercicio de derechos, sin embargo, es también
evidente que más de 500 años de colonización han contribuido a asentar e institucionalizar,
tanto en el aparato estatal, como en la sociedad en su conjunto, prácticas
patriarcales que han desdibujado la relación entre hombres y mujeres,
sometiendo a estas últimas a situaciones de discriminación y exclusión que se
acentúan en relación a las mujeres indígenas. En este proceso, las políticas y
presupuestos públicos han contribuido a sostener y reproducir las desigualdades
y opresiones de clase, étnica y género, por lo que resulta fundamental generar
espacios de diálogo y encuentro para la construcción y profundización de
conceptos, paradigmas y nuevas formas de ejercicio de la gestión pública.
Orientados al conjunto de las y los servidores públicos, para transformar las
estructuras desde adentro del aparato estatal y avanzar hacia la consolidación
del Estado Plurinacional descolonizado y despatriarcalizado, generando procesos
de reflexión, tanto teóricos como prácticos.
La
colonización se caracteriza por una profunda intolerancia, prejuicios étnicos,
sociales (es decir racismo) de los grupos de poder hacia la población indígena.
La colonización fue presentada como una relación entre el civilizado
blanco/europeo y el bárbaro-indígena, el colonizado. Esta relación fue siempre
violenta: imposición política, impuesta a través de la fuerza, e imposición
económica a través de la explotación. Ambas se articulan con la colonización
mental, que es la base para consolidar las formas de colonización. Los medios
de colonización son la invasión, las armas, la religión, la educación, la
ciencia, el arte, la medicina y el racismo como instrumento de producción y
reproducción de jerarquías, de opresión y explotación. La colonización es fruto
de la primera fase de internacionalización del capital y del proceso de
acumulación originaria del capital que fue la base de la riqueza de los países
del norte a costa de la explotación de los recursos naturales y humanos de las
colonias.
Hoy
por hoy, la descolonización en Latinoamérica significa iniciar la tarea de
despegarse de las formas europeas y norteamericanas del conocimiento
presentadas como las únicas y más bien iniciar un proceso de pensar haciendo,
recuperando y revalorizando otras formas de conocer y ver la realidad que han
sido desarrolladas por los pueblos del tercer y cuarto mundo (aymaras, guaraníes,
aztecas, etc.), mismas que han sido ocultas/negadas y desvalorizadas
permanentemente por una forma de pensar y conocer que se constituyó en
dominante y discriminadora.
CONCLUSION
Descolonizar
el concepto de género significa aplicarlo como categoría de análisis a las
relaciones que se dan aquí y ahora entre mujeres y hombres. Por una parte,
significa ubicarlo geográfica y culturalmente en las relaciones de poder
internacionales, entre un norte rico y neocolonial y un sur empobrecido y
neocolonizado, para denunciar que la situación que viven las mujeres en este
hemisferio se deriva de las relaciones desiguales entre norte y sur. Por otra
parte, significa reconocer que las relaciones injustas entre hombres y mujeres
que verificamos aquí y ahora, no son sólo herencia colonial, también se dieron
antes, en las culturas originarias; en este sentido, descolonizar el género
significa recuperar la memoria larga de las luchas de las mujeres contra un
patriarcado que se instauró aún antes de la invasión colonial; en consecuencia,
igualmente se debe denunciar la existencia de un patriarcado y un machismo
boliviano, indígena y popular, con rasgos propios y particulares.
BIBLIOGRAFIA
CURSO
DESPATRIARCALIZACION, DESCOLONIZACION, POLÍTICAS Y PSG, Escuela de Gestion
Publica, Vicepresidencia del Estado Plurinacional de Bolivia. Pag. 20, 2012